Primavera, y  el ataque de alergia

Con la época primaveral y otoñal llegan las reacciones alérgicas, sobre todo la rinitis alérgica que, además de reducir la calidad de vida,  multiplica el riesgo de desarrollar otras enfermedades alérgicas y no es una dolencia aislada diferente del asma, sino que ambas son distintas manifestaciones de una misma enfermedad: la alergia.

Se calcula que  un 15 por ciento de la población de los países desarrollados sufre rinitis alérgica, aunque este porcentaje continúa en aumento. Además, en algunas zonas geográficas donde hay una mayor presencia de pólenes, la cifra de afectados es mayor.

Según expertos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) se ha constatado que la enfermedad alérgica es una sola y se expresa en cada persona en uno o varios órganos, por lo cual se debe de hablar ya de “patología alérgica�?y no de distintas dolencias –asma o rinitis-.

El el doctor especialista Antonio Peláez nos comenta: "Para prevenir la aparición del asma en pacientes con rinitis alérgica es recomendable la vacunación. La inmunoterapia –advierte- es el único tratamiento capaz de evitar que una persona que sufra rinitis devenga en asmático�?

Los expertos coinciden también en que “la rinoconjuntivitis alérgica es generalmente un precursor del asma bronquial en niños. A veces, la rinoconjuntivitis alérgica y el asma se producen simultáneamente en niños�?

CALIDAD DE VIDA

La rinitis deteriora la calidad de vida y aunque no es una dolencia grave, afecta diversos campos de la vida: el físico, porque puede producir cefaleas y astenia; el psíquico, porque baja el estado de ánimo; y el social, puesto que limita la convivencia.

Además, puede ser origen de accidentes, sobre todo en la conducción o el manejo de máquinas peligrosas.

En el caso de los niños, los síntomas pueden contribuir a que haya problemas de aprendizaje durante la fase escolar, bien por interferencia directa con la atención o por falta de sueño nocturno que produce fatiga durante el día .

La medicación no sólo no soluciona el problema sino que, en algunas ocasiones, puede ser peor.

“El tratamiento con antihistamínicos sedantes agrava estos trastornos mientras que el tratamiento con antihistamínicos no sedantes, sólo reduce transitoriamente los síntomas�? señalan los expertos de la SEAIC. 

En cuanto al trabajo, el consenso ARIA señala que la rinitis alérgica es una enfermedad que produce absentismo laboral y disminuye la productividad en el trabajo. Además, el consumo de antihistamínicos sedantes reduce aún más la productividad laboral.

Muchos de estos síntomas se confunden con otras enfermedades y no se detecta la alergia que subyace, destaca el doctor Ignacio Antepara, especialista en alergias y miembro de la  Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica), quien considera que "más de la mitad de las rinitis alérgicas está sin diagnosticar".

“La gente lo considera un constipado, aunque se repita todos los años, y no consulta, y si lo hace, el médico de atención primaria tiene poco tiempo por paciente y a menudo no diagnostica la alergia�? afirma el especialista del País Vasco (Norte de España).

Las consecuencias de no diagnosticar una alergia en su carácter de base de la rinitis, añade, son “una peor calidad de vida, la posibilidad de efectos secundarios por abuso de fármacos sintomáticos, y el infradiagnóstico de las enfermedades asociadas a la rinitis, como el asma, la conjuntivitis o el eccema�?

NO TIENE POR QUÉ SER  GENÉTICO

La causa no es la genética, puesto que “las mismas poblaciones, cuando se trasladan a países desarrollados empiezan a manifestar alergias�? asegura el doctor Antonio Peláez.

El origen de esta diferencia está en la llamada “teoría de la higiene�? por la cual se considera que mientras en las sociedades industriales el organismo de los alérgicos reacciona contra agentes inofensivos de por sí, en los países subdesarrollados está “ocupado�?en combatir  agentes patógenos, explica.

También se ha comprobado que las personas que viven en el campo son menos alérgicas que en la ciudad, a pesar de estar más en contacto con pólenes, según los expertos de la SEAIC.

Aunque, los últimos estudios apuntan hacia la contaminación atmosférica como uno de los principales responsables del incremento del número de alérgicos a los pólenes, fundamentalmente en las ciudades, los expertos aseguran que la coincidencia con otros factores como el aumento en el consumo de tabaco o la falta de exposición en la infancia a los gérmenes, son decisivos en la multiplicación anual de pacientes alérgicos.

Si bien existe una predisposición hereditaria para que un individuo sea alérgico, que se calcula en al menos el 20 por ciento de la población, es la continua exposición a los alergenos lo que desencadena las enfermedades alérgicas.

Una de las causas más frecuentes de rinitis alérgica es la polinosis. Esta enfermedad alérgica se presenta normalmente durante la estación de primavera. Está causada por una reacción alérgica frente a los pólenes presente en la atmósfera, que penetran en el organismo, generalmente a través de las mucosas expuestas al aire, de los ojos, la nariz y la boca.

Entre las medidas preventivas de la alergia, los especialistas recomiendan acudir al alergólogo antes de adentrarse en pleno periodo de polinización y manifestar los síntomas.

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