pareja ¿Podemos cambiar al otro? (y 2º ) continuación Aceptar las críticas Pero cuando es el otro quien quiere cambiarnos, la reacción suele ser hostil. " No soporto queme digan cómo tengo que colocar el cepillo de dientes o cómo debo tender para que se sequen las cosas antes", reconoce Lorena. "Con el tiempo -señala el psicólogo Valentín Martínes-Otero-, elafán de control puede llevar llevar una verdadera invasión y dominio del otro que hace peligrar la relación". El diálogo franco, abierto, es esencial. Pero el modo de decirlo es importante, y no lo es menos diferenciar el grano de la paja. "Con el cariño y respeto adecuado se puede decir a cualquiera aquello que nos disgusta de su personalidad o lo que nos gustaría que cambiara para hacernos más felices -dice David-. El secreto estriba en aplicar siempre la tolerancia antes de hacer peticiones nimias y, ante todo, evitar toda petición que solo satisfaga a una de las partes. Con el tiempo, el amor aumenta nuestra tolerancia y nuestras exigencias disminuyen considerablemente". Para determinar en qué cambios debemos insistir y en cuáles ejercer la tolerancia. Hierro aconseja plantearse esta pregunta: "Si esto no cambiase nunca, ¿podría ser feliz a su lado? ¿Y él o ella al mío?". En cuanto al modo de plantearlo, Muiño sugiere implicar el bien del otro en el cambio. Ser flexibles "Decirle, por ejemplo, "a mi me gustaría que cambiaras esto, ¿note parece que sería bueno para tí?". En el peor de los casos, cuando los defectos percibidos en el otro se hacen intolerables, suele ser habitual que se recurra al socorrido ultimatum: "O cambias o te dejo". Pero, ¿se puede cambiar? "La gente cambia hábitos, automatismos, comportamientos concretos... -opina Muiño-. Podemos cambiar todo aquello que no forma parte esencial de nuestra personalidad". En cualquier caos, "nadie cambia a nadie; es uno mismo el que debe querer cambiar, y hay que tener en cuenta que con los años perdemos plasticidad para cambiar", sostiene por su parte Bolinches. También es posible aprender a aceptar al otro, diferenciar entre defectos ajenos y manías propias e incluso a tolerar los primeros, aunque, como en todo, es mejor prevenir. "Hay que darse el tiempo suficiente para conocer al otro antes de iniciar una relación", aconseja Mayeo, porque, en palabras de su colega Muiño, "la aceptación total del otro solo se da en los momentos de enamoramiento". Y Bolinches añade: "Cuantos menos defectos vemos en nosotros, más vemos en el otro". MERCEDES PELÁEZ Qué es lo que puedo cambiar y qué no El que el otro nos someta a una continua presión para que modifiquemos hábitos que para nosotros forman parte de nuestra personalidad es dificl de vivir. Claves para que reine la armonía: Muétrate como eres. Antes que nada, muéstrate cómo eres y explica al otro con franqueza los defectos y actitudes que te desagradan. Ten presente que decirlo no obliga al otro a llevar ningún cambio que no considere fundamental. Las maniobras y presiones introducen a la pareja en un circuito perverso. Intenta hacer comprender a tu pareja que una de las claves de que lo vuestro funciones es respetar al otro. Determinar de un modo claro qué no vas a estar dispuesta a soportar en el otro y explica, sin alterarte, por qué para ti es importante. En las críticas evita increpar y generalizar. Es más sencillo ir a hechos concretos, fáciles de comprender. Huye de los planteamientos maniqueos de buenos y malos, víctima y verdugo. Piensa que todos somos imperfectos. Si con lo que haces no cambia, déjalo, solo conseguirás que la situación se haga más tensa e incómoda y que acabe empeorando. La felicidad de la pareja tiene tres grandes secretos: aprender a elegir, aprender a construir y aprender a corregir. Cele. Copyright©2007~§oledad~All rights reserved |