(Encuentro. Musa 1ª)
—Muerte: ¿por qué estás aquí?,
pronto mi mal has sentido;
clemencia por Dios te pido
y que te apiades de mí. �?IMG height=19 src="emlips.gif" tppabs="http://sc.groups.msn.com/themes/R9c/pby/img/emoticons/emlips.gif" width=19>
—Soy la muerte y he venido
a llevarte de la mano.
Yo no juzgo si es temprano,
no me opongo ni decido.
No pregunto ni me afano,
yo no entiendo de futuro,
y no sé de afecto oscuro
porque nunca pierdo o gano.
Cuando acaricie tu mano
quedará tu cuerpo inerte,
y al comprende de esta suerte
que al final llegó tu día,
intuirás en tu agonía
que tan sólo soy la muerte�?/FONT>.
(Desafío. Sonetillo 1º) —Vete ya muerte traidora,
no quiero sentir tu abrigo;
Ser tu profundo enemigo
es mi angustia redentora.
Negra eres retadora.
¿Quieres amores conmigo?....
Yo nada quiero contigo.
¡Vete!, que nadie te añora.
Yo he de volver a la tierra,
pero hoy vencí la batalla
que pone fin a la guerra
y al concebirte indolente
desde tu altiva muralla
te aparto ya de mi mente.
(Realidad. Musa 2ª)
—Pero muerte.., ¡estás aquí!
Ahora siento tu punzada.
Al presentirte alejada
te soñé lejos de mi.
—Vengo cuando soy llamada,
para mi no existe día,
nada sé de fantasía
ni de sentirme olvidada.
Al rozar tu mano fría
cesará tu desafío,
pues yo nunca me desvío
y no acepto pleitesía.
Sien tu marcada osadía
viste esperanza encerrada,
en la existencia marcada
de este ingrato acontecer
te diré que mi deber
es llevarte a tu morada
.
(Sometimiento. Sonetillo 2º) —Siento miedo al descubrir
que se me escapa la vida,
que mi última partida
es el juego de morir.
Ya no puedo rebatir
a la muerte mi caída,
pues la hora, por temida,
no se deja de cumplir.
De nada sirve la duda,
de nada esconder la mano,
de nada pedir ayuda.
No hay un antes ni un después,
tampoco es tarde o temprano.
¡La muerte tan sólo es!
José Luis Muñoz 12-08-01
DOS