Como un verdadero sueño Escuchamos las Bienaventuranzas según S. Lucas. Son el pórtico del sermón de la Montaña. Ofrecen algunas enseñanzas de ese sermón programático. Son enseñanzas admirables, que marcan un espíritu nuevo, una verdadera ruptura con todo lo antiguo. Escucharemos palabras de perdón, de comprensión, de misericordia, de generosidad, de gratuidad, de confianza, de esperanza, de alegría. Todo el mensaje de Jesús es de esperanza y alegría, una alegría que no se da en nosotros. Por eso Jesús nos permite soñar. Sueños Vamos a soñar en un mundo nuevo. Soñamos con un mundo que supere los odios entre personas y pueblos. El hombre no levantará la mano contra el hombre, sus manos serán constructivas y amistosas. Los gastos bélicos servirán para el desarrollo. En ese mundo ya no habrá enemigos ni traidores, y el hombre podrá confiar en la palabra del hombre. Soñamos con un mundo organizado según las leyes de la solidaridad y la tolerancia, los nacionalismos no serán excluyentes, no importarán la raza o el color, la región o la riqueza, la religión o la ideología. Un mundo en el que todo hombre será libre y creador, todo hombre podrá desarrollar sus derechos y sus capacidades y, con las manos unidas, podrán avanzar hacia la utopía. Soñamos con un mundo en el que la propiedad será fraternalmente repartida y nunca se hablará ya más de muerte por el hambre o la miseria; ya no habrá pordioseros a las puertas de las iglesias ni mendigos por las callles; habrá trabajo para todos, ya no se volverán a utilizar palabras malditas como el sida, droga, lepra o cáncer. Soñamos con un mundo en el que se caerá definitivamente la barrera que separa el Norte dle Sur, el mundo rico del mundo pobre. No habrá filtros el movimiento migratorio. Ya no habrá ocho Grandes ni siete Magníficos, porque todo los pueblos tendrán su grandeza. El perdón de las deudas será generoso. La comprensiòn y la solidaridad envolverá a todos los pueblos. Soñamos con un mundo enriquecido en el espíritu. Los campos de la ciencia y de la técnica serán apasionantes, pero abiertos a la trascendencia. El hombre será el valor más grande, pero será humilde y solidario. El valor supremo será el Amor. Sólo son sueños. Pero hay profetas que avisan estos sueños. Y hay testigos y mártires que los van haciendo realidad. Y nosotros, que tenemos algo de profetas y testigos, los iremos haciendo realidad con nuestros pequeños compromisos. Rafael Prieto Vamos a soñár un mundo nuevo. ¡Vamos a soñar todos! Cele. Copyright©2007~§oledad~All rights reserved |