Mis problemas empezaron bien pronto
pues en el primer ejercicio me atasqué
y tanto y tanto grité que quedé ronco,
por tanto, al segundo ejercicio pasé.
El segundo, ay el segundo, fue peor
tantas rayas tracé que todo emborroné,
en la cabeza se me puso un gran dolor
y no pude evitarlo de nuevo me cabreé
El tercero me lo tomé con mucha calma
pero no encontraba ninguna solución,
me impacienté y casi vendo mi alma
aparte de llevarme un gran sofocón.
El cuarto me sacaba tanto de quicio
que cliqué para ver ya las soluciones
y al verlas creo que he perdido el vicio
de meterme en mas indagaciones.
Con razón decías que era para inteligentes
y de inteligente me las quise dar
y ahora hasta me suda la frente,
la culpa es sólo mía por quererlo intentar.
jajajajajajajajajajajajajajajajajaja
Un abrazo.
Juan-bético