“Antes que ellos me llamen, yo les responderé,
antes que terminen de hablar, yo los escuchar�/FONT>
( Isaias 65:24 )
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¿ Porqué llegó la tormenta?
Hace unos minutos todo estaba bien, tu alma se sentía en paz, tus ojos se iluminaban como los de un niño, de pronto todo comenzó a cambiar, nadie te dijo nada, tus pensamientos poco a poco comenzaron a volar, salieron de ti sin control, y como abejas buscando una flor, se posaban sobre los problemas sin resolver, sobre las situaciones difíciles que tienes pendientes y sobre tu incapacidad. Esos fueron los elementos que formaron las nubes, que luego fueron en busca de aguas contaminadas por las dudas y el desaliento. Se elevaron nuevamente y avanzaron rápidamente hacia ti, y con gran ira, descargaron todo su poder y su odio.
No pudiste evitarlo, inmediatamente el ánimo se te vino hacia abajo, un fuerte temor cubrió todo tu ser, las manos te temblaron y un fuerte deseo por desaparecer conquistó tu alma.
¡ Santo Dios todopoderoso!
¿Dónde estoy ahora? ¡ grita tu alma!
Buscas un abrazo desesperado, te sientas, lloras, te quedas pensativo...la lluvia está pasando, Cristo se ha levantado de su trono, ha sentido el clamor de tu alma, sabe que estás reducido a la nada, sabe que tu situación amerita el cuidado divino, tambien conoce tus obras, tu amor y tu fé.
Dios sabe que únicamente dependes de él, no te dejará abandonado...poco a poco se ha despejado tu cielo, ha pasado la tormenta, Cristo ha tomado el control de tu vida, tus pensamientos estan en paz y tu corazón siente los delicados pastos.
Nuevamente la calma ha llegado a tu alma, cuando Cristo dijo:
¡Sea la paz!
Ahora sientes la frescura de un paisaje ante tus ojos, los problemas inmensos los sientes pequeños porque Cristo los tiene en sus manos.