Escrito por: Dr. Jose luis Gonzalez
Miami Florida, USA
“Me rodearon ligaduras de muerte, me encontraron las angustias del seol; angustia y dolor habÃa yo hallado, entonces invoqué el nombre de Jehová, diciendo:
Oh Jehová, libra ahora mi alma.
Vuelve, alma mÃa a tu reposo, porque Jehová te ha hecho bien�?/FONT>
( Salmo 115: 3-4 )
HacÃa mucho tiempo que no escribÃa a la lúz de las velas, pero debido a ciertas dificultades fuera de mi control, estoy escribiendo esta reflexión a la media noche, iluminado por una velita de las que se usan en los pasteles de cumpleaños.
Observé cuando estaba por consumirse, antes de apagarse, su llamita se elevó el doble del tamaño que habÃa tenido antes, hasta que finalmente se apagó por completo.
En ese momento, la voz de Dios vino a mi corazón y me dijo:
“hijo mÃo, lo que has obervado es similar al perÃodo final de las pruebas, porque en el momento final, la llama de las aflicciones se eleva más y luego se apaga rapidamente�?
Le dà gracias a Dios por esta revelación, ya que existen miles de creyentes en grandes angustias, a los cuales Dios les dice:
“Si sientes que ya no puedes más, que te encuentras en un callejón sin salida, con el agua hasta el cuello, desesperado y apunto de sucumbÃr, estás a punto de salir de la prueba, y asà como la llama se eleva cuando está por apagarse, asà tambien el sufrimiento está llegando a su final. Cuando se apague la llama, descansa, porque será la noche mas bella en tu vida y vendra hacia tà un amanecer glorioso, será una etapa totalmente nueva en tu vida, los cielos se abriran para tà y jamás volverás a estar frente a las velas de las pruebas, sino ante las velas gloriosas, ante el altar de Dios, las que nunca se apagan y cuyas llamas son de bendicion y no de dolor�?