(Hebreos 11:21)

Las mismas paredes de tu casa, de la que emana una terrible inseguridad, las que te gritan a diario que no vales nada; tu piel seca, así como sientes el alma y los jardines olvidados  en tu patio; los días, tan iguales, tan repetitivos, tan tormentosos, tan áridos y desolados que ni las lagartijas del desierto te acompañan; todos tus planes fracasaron y lo poco que te queda de energías, es únicamente para vivir un día más, en medio de un mundo que te cerró las puertas y te cercó hasta reducirte a un ser inoperante. Pese a que has orado mucho y esperado, la respuesta continúa sin llegar, te sientes cansado de esperar, y nada sucede a tu favor.

En ese nivel tan bajo de fuerzas, sientes que un peligro doble está sobre ti, porque sientes que ya no puedes más, y que estás a punto de abandonarlo todo, pero si no lo abandonas por tu voluntad, entonces, piensas que serás irremediablemente aplastado quieras o no quieras.

Si tu caso lo analiza una persona sin el conocimiento de Dios, o un analista de organización y métodos, te diría que ya no tienes solución, pero si pudieras escuchar la voz de Dios, El te diría que estás en el lugar y el momento correcto, porque El así lo ha establecido.

Es el momento de activar la paciencia, porque cuando ella forma parte de tu vida, entonces el cansancio se va, juntamente con el lamento.

Dios conoce todas tus necesidades y tiene el poder para suplirlas. Cada dia que pasa, no es una pérdida para ti, porque Dios cada dia está engrandeciendo todo lo que te dará, pero desea que tus bases queden firmes.

El patriarca Jacob, pasó por grandes pruebas, pero Dios siempre lo acompañó, y por esa razón, pudo recibir grandes bendiciones, entre ellas, la de volver a ver a su amado hijo José e impartir la bendición a los hijos de José.

Todo aquel que ha sabido esperar, recibirá el cumplimiento de las promesas de Dios, y será un adorador hasta el último día de su vida, por esa razón dice la Biblia que Jacob, ya para morir , adoró apoyado sobre el extremo de su bordon.

Tu y yo tambien podemos recibir de parte de Dios, las fuerzas para soportar, aunque nos encontremos al borde el precipicio de la angustia, y aunque hoy, las paredes nos griten que estamos perdidos e inseguros, podemos confiar en Dios, y asi como Jacob adoró hasta el ultimo segundo de su vida, tambien nosotros recibiremos grandes milagros de Dios a nuestro favor, y tambien, seremos acompañados por el amor y la misericordia de nuestro Padre, el resto de nuestros dias, hasta que finalmente, baston en mano y postrado nuestro ser, seamos llevados a la gloria eterna, habiendo cumplido la carrera en esta tierra.