"Se para mi una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tu has dado mandamiento para salvarme, porque tu eres mi roca y mi fortaleza."
(Salmo 71:3)
Maravillosas etapas las del creyente, cuando siente la plenitud del vuelo, cuando los ojos de la vida estan llenos de vigor y los deseos de aprender de las cosas celestiales de nuestro Eterno Creador, son la primicia de nuestros deseos.
Maravillosos momentos de regocijo, cuando la higuera esta en total abundancia y cuando vemos la necesidad, con toda confianza estamos prestos a brindar la ayuda necesaria.
Maravillosos momentos de jubilo cuando la salud es nuestra hermana gemela, despertarse es una de las mas grandes bendiciones, y cualquier actividad es parte del plan divino.
Maravillosos momentos, cuando quedarse en casa lo recibimos como un sabroso descanso.
Maravillosos momentos cuando nacen los niños, cuando nos inventamos juegos y hasta buscamos algo en que entretenernos.
Maravillosos momentos de los poetas de Dios, cuando en lugar de escribir poemas, escribimos canciones y salmos
Maravillosos momentos, cuando miras hacia el frente, y te das cuenta que estas en la cumbre de la montaña.
Maravillosos momentos cuando te sientes uno de los favoritos de Dios, y con facilidad te unes al ejercito de los victoriosos llenos de jubilo.
pero un dia, todo cambia:
de pronto se siente que el cielo y la tierra se juntan, el vigor desaparece, nuestras mismas alas han sido desvanecidas a la maxima expresion, la higuera esta yerma, la salud se quebranta, quedarse en casa nos incorpora al grupo de los desempleados o acorralados por las puertas que se cierran en nuestros proyectos, las noticias de muertes en la familia nos hacen mil pedazos, cesan las canciones, ya no nos vemos en la cumbre de la montaña, sino en el valle de la derrota; pensamos que los favoritos de Dios, son los que tienen mas que nosotros, y los gritos de jubilo se han convertido en lagrimas, en gemidos, en oraciones que ya no tienen palabras, porque la misma garganta se siente seca de tanto clamar.
Pero en ese momento de angustia, soledad, derrota y de imposibilidades, surge con gran bendicion esta palabra:
"Se para mi una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente.
Tu has dado mandamiento para salvarme, porque tu eres mi roca y mi fortaleza."
(Salmo 71:3)
y luego de hacer esta peticion, el salmista confiesa la bendicion y la promesa de su corazon, con la certeza que Dios ya ha respondido:
"Mas yo esperare siempre, y te alabare mas y mas. Mi boca publicara tu justicia y tus hechos de salvacion todo el dia. Aunque no se su numero. Vendre a los hechos poderosos de Jehova el Señor; hare memoria de tu justicia, de la tuya sola.
(Salmo 71: 14-16).
ORACION
Padre amado, nos ponemos de acuerdo con tu rebaño, que esta pasando terribles momentos de crisis por diversas circunstancias de la vida, que nos podrian haber llevado a sentirnos como aves sin alas, como olvidados de tu gracia y como candidatos a perecer por nuestra incapacidad para resolver los problemas, a pedirte que nos levantes nuevamente, que nos lleves a la roca de refugio, para que nos libres del peligro y que nuevamente, vengan a nuestros corazones los dias de refrigerio, donde la sonrisa sea hermana del aire puro que respiramos.
Ven Señor, te esperamos, en el nombre de Cristo Jesus,
Amen y Amen.