El peso es un "derivado" del dólar
Hugo Salinas Price
Todas las monedas del mundo, son simples “derivados�?del dólar americano. Quizás debería modificar esta afirmación, con una excepción. Posiblemente, el euro de la Unión Europea, no sea un derivado del dólar, pues el Banco Central Europeo que emite el euro, mantiene una reserva �?muy modesta �?de oro. <O:P></O:P>
¿Qué es un “derivado�? Un “derivado�?�?palabra en uso muy corriente en círculos financieros de hoy �?es un instrumento financiero que deriva su valor de otro instrumento financiero, al cual está ligado por un contrato.
El peso mexicano, el peso argentino, el real brasileño, el bolívar venezolano, el dólar canadiense, el dólar australiano, el dólar de Nueva Zelandia, etc., todas estas monedas no son monedas reales propias de los países donde circulan. Son simples derivados del dólar americano. El peso mexicano, por ejemplo, al igual que todas las monedas que he mencionado, y las del resto del mundo, con la posible excepción del euro, no tiene una existencia real, sino que deriva su valor del dólar americano, a través de las reservas de dólares que posee el Banco de México. Los pesos mexicanos son sustitutos de dólares.
La prueba está en que el valor del peso mexicano, fluctúa de acuerdo con las reservas del Banco de México. Mientras la relación contractual, las perspectivas de redimibilidad respecto al dólar, parezcan estables, tenemos estabilidad en la paridad peso/dólar.
Lo que le da credibilidad al peso, es la confianza en su presente y futura redimibilidad en dólares americanos. Vale el peso, no por sí mismo, sino por la posibilidad de redimirlo en dólares a una tasa que no va a variar. Está claro que el peso no es más que un derivado del dólar, situación que impera sin excepción en todas las monedas de América Latina.
O sea, en América Latina, concretamente, sólo hay una moneda: el dólar. Lo que conocemos por monedas de América Latina, no son más que sustitutos, más o menos confiables, del dólar.
Carecemos, todos los países de América Latina, de una moneda propia que valga por sí misma.
Toda idea de “soberanía nacional�?debe descartarse. No puede haber, en absoluto, soberanía nacional cuando se usa la moneda de otro país, como moneda propia. Es especialmente grave que de facto usemos el dólar como nuestra moneda, como estoy afirmando, cuando el dólar mismo no es una moneda real, sino una unidad artificial, carente de valor real. El dólar no es más que un número. No es redimible en nada tangible.