Era yo un estudiante, tú una estrella
hubiese querido que algún día
se fundiera la estrella y el estudiante.
El mismo enigma que tu vida sella
seguro hubiera sellado la mía
para envolvernos en vida amante.
Nos bañarían los mismos resplandores
las mismas mieles darían sustento,
para consagrar el mismo rito
y tendrían entonces nuestros amores
el cielo azul del firmamento
y la bóveda inmensa del infinito;
nuestra esperanza se vería cumplida
si nos hubiesemos visto
pero, no volvimos a vernos
y esos fugaces sueños de la vida
hicieron ese misterio de la noche eterno.
JJ