DEL MATRIMONIO Y LOS HIJOS Matrimonio Almitra, retoma la palabra y dice: Maestro y, ¿Qué puedes decirnos sobre el matrimonio?. Él responde diciendo: Juntos, han nacido y así lo estarán por siempre. Estarán juntos cuando el batir de alas blancas de la muerte disperse vuestros días. Sí...., estarán juntos como un murmullo en la memoria de Dios. Pero dejen en libertad al corazón de Su unión, Que los vientos celestes puedan dibujar sus deseos a través de ustedes Ámense los unos a los otros e impidan que el Amor sea una coacción: Permitan que el Amor sea el movimiento de un océano que se extiende entre las riveras del alma. Vuelvan a llenar nuevamente sus copas pero..., no beban los dos de la misma copa. Intercambien entre ustedes el pan pero..., no coman los dos del mismo pedazo. Canten, dancen y gocen, juntos, pero; permitan que cada uno se sienta sólo. Como las cuerdas de un laúd permanezcan separados y vibren al unísono. Den su corazón pero no de forma que el otro se torne el poseedor, pues sólo la vida puede acoger vuestro corazón en sus manos. Aproxímate, pero no permanezcas demasiado cerca, así como; los pilares están repartidos a buena distancia en el templo, y el roble y el ciprés no crecen a la sombra el uno del otro. Hijos
Y una mujer que sostenía a un recién nacido en sus brazos, dijo: Háblanos de los hijos. Y él dijo: Vuestros hijos no os pertenecen. Ellos son hijos e hijas de lo que la vida desea de sí misma. Nacen a tu través más no por ello de Ti. Y aun cuando estén contigo, no te pertenecen. Puedes darle tu amor pero no tus pensamientos. Pues ellos piensan por sí mismos. Puedes ofrecerle techo a sus cuerpos pero no refugio a sus almas. Pues sus almas tienen albergue en la mansión del mañana y tu no podrás visitarla, ni en sueños. Puedes esforzarlos a que sean ellos mismos, pero no busques que se parezcan a ti, pues la vida no vuelve sobre sus pasos ni se rezaga en los días pasados. Tu eres el arco del que tu hijo, como flecha viviente, es disparado hacia el futuro. El arquero toma como línea de mira el camino del infinito; él tiende el arco con toda su fuerza y sus flechas escapan con velocidad hasta perderse de vista. Y cuando la mano del Arquero te tense, deja que para ti sea el mayor placer; pues si Él ama la flecha que vuela, también ama el arco que no se estremece.
GRACIAS MARI LINDA POR MIS FONDOS HERMOSOS |