¡Ama, ama, ama! CreÃas que el amor era como el pajarillo que dejabas volar a tu antojo bajo tu mirada hechizada por sus alas de fuego, pero que al oscurecer de tus sentimientos lo volvÃas a guardar en su jaula de cristal y oro. Pero un dÃa descubriste que el amor era energÃa pura, era luz, era fragancia sutil, era el más hermoso canto a la vida y lo dejaste libre porque no te pertenecÃa y libre ,como espÃritu, acariciaba los corazones y provocaba las sensaciones más dulces, sencillas y hermosas allá donde se posaba y tus ojos cambiaron de expresión. Primero mostraban la dureza de un corazón posesivo y celoso, y ésto lo llenaba de dolor , pero a medida que comprendiste que el amor no te pertenecÃa se suavizaba tu mirar y la expesión de tu cara se volvió dulce y serena. Dejaste libre el amor y ¡sorpresa!este volvÃa a ti aún mayor, con más fuerza. Comprendiste que el amor cuando se guarda dentro del corazón y no se comparte se marchita como flor que no ve el sol, que no se refresca con el rocÃo de la mañana, ni sacia su sed con la lluvia. Comprendiste que cuando lo dejas volar es como la semilla que germina en tierra fértil y hace florecer un jardÃn de rosas, de suaves aromas, en los corazones que necesitan cuidar el rosal que florece en ellos. ¿Eres consciente de que el amor es Dios? Pues he ahà el más grande de los milagros. El milagro del Amor que por si sólo glorifica a quien es Amor puro. Por tanto ¡ama, ama, ama! |