Historia de Las Madres Hace unos meses atrás, cuando recogÃa a los niños del colegio, otra madre a la que cual conocÃa bastante bien, se me acercó.
Norma estaba histérica y muy indignada. -¿Sabes lo que tú y yo somos?" me preguntó. Antes de que yo pudiera darle una respuesta, mas que la verdad no sabÃa yo cuál era, ella me empezó a contar la razón por la cual me hacÃa esa pregunta. Parece que ella recién venÃa de renovar su licencia de conducir en la oficina de tránsito. Cuando la oficial que tomaba los datos, le preguntó cuál era su ocupación. Ella no supo que responder. Al percatarse de esto la oficial que tomaba los datos le dijo: -"A lo que me refiero, explicó la oficial, es sà trabaja usted o es simplemente una." -"Claro que tengo un trabajo, le contestó, soy mamá". A lo que la oficial respondió: -"No ponemos mamá como opción. Vamos a ponerle ama de casa. Fue la respuesta mujer. HabÃa yo olvidado por completo la historia, hasta que un dÃa a mà me pasó exactamente lo mismo, sólo que esta vez, en la oficina del ayuntamiento. La funcionaria era obviamente una mujer de carrera, eficiente, de mucha postura, y tenÃa un tÃtulo muy despampanante que decÃa "Interrogadora Oficial". -"¿Cuál es su ocupación?", preguntó. ¿Qué me hizo contestarle esto? No lo sé. Las palabras simplemente salieron de mi boca.
-"Soy una Investigadora Asociada en el Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas." La funcionaria detuvo, el bolÃgrafo quedó congelada en el aire, y me miró como si no hubiese escuchado bien. Repetà el tÃtulo lentamente, haciendo énfasis en las palabras más importantes. Luego, observé asombrada como mi pomposo anuncio era escrito en tinta negra en el cuestionario oficial. -"Me permite preguntarle", dijo la funcionaria, con un aire de interés, -"¿qué es exactamente lo que hace usted en este campo de investigación?" Con una voz bastante calmada y pausada,le contesté: "Tengo un programa continuo de investigación (qué madre no lo tiene) en el laboratorio y en el campo (normalmente me hubiera referido a lo anterior como adentro y afuera). Estoy trabajando para mi maestrÃa (la familia completa) y ya tengo cuatro créditos (todas mis hijas). "Por supuesto que el trabajo es uno de los que mayor demanda tiene en el campo de humanidades, ¿Alguna madre está en desacuerdo?, y usualmente trabajo 14 horas diarias (en realidad son más, como 24).Pero el trabajo tiene muchos más retos que cualquier trabajo sencillo, y las remuneraciones más que solamente económicas, también están ligadas al área de la satisfacción personal. Se podÃa sentir una creciente nota de respeto en la voz de la funcionaria, mientras completaba el formulario. Una vez terminado el proceso, se levanto de la silla y personalmente me acompañó a la puerta. Al llegar a casa, emocionada por mi nueva carrera profesional, salieron a recibirme tres de mis asociadas del laboratorio, de 13, 7, y 3 años de edad. Arriba podÃa yo escuchar a nuestro nuevo modelo experimental en el programa de desarrollo infantil (de 6 meses de edad), probando un nuevo programa de patrón en vocalización. ¡Me sentà triunfante! ¡Le habÃa ganado a la burocracia! HabÃa entrado en los registros oficiales como una persona más distinguida y indispensable para la humanidad que sólo "una madre más". La maternidad, qué carrera más gloriosa. Especialmente cuando tiene un tÃtulo en la puerta. "Mujer ejemplar no es fácil hallarla; ¡vale más que las piedras preciosas! Su esposo confÃa plenamente en ella, y no necesita de ganancias mal habidas. Brinda a su esposo grandes satisfacciones todos los dÃas de su vida. Ella le es fuente de bien, no de mal, todos los dÃas de su vida. Va en busca de lana y lino, y con placer realiza labores manuales. Cual si fuera un barco mercante, trae de muy lejos sus provisiones. Antes de amanecer se levanta y da de comer a sus hijos y asigna tareas a sus criadas. Inspecciona un terreno y lo compra, y con sus ganancias planta viñedos. Se reviste de fortaleza y con ánimo se dispone a trabajar. Cuida de que el negocio marche bien, y de noche trabaja hasta tarde. Con sus propias manos hace hilados y tejidos. Siempre les tiende la mano a los pobres y necesitados. No teme por su familia cuando nieva, pues todos los suyos andan bien abrigados. Ella misma hace sus colchas, y se viste con las telas más finas. Su esposo es bien conocido en la ciudad, y se cuenta entre los más respetados del paÃs. Ella hace túnicas y cinturones, y los vende a los comerciantes. Se reviste de fuerza y dignidad, y el dÃa de mañana no le preocupa. Habla siempre con sabidurÃa, y da con amor sus enseñanzas. Está atenta a la marcha de su hogar, y jamás come lo que no ha ganado. Sus hijos y su esposo la alaban y le dicen: "Mujeres buenas hay muchas, pero tú eres la mejor de todas." Los encantos son una mentira, la belleza no es más que pasajera, pero la mujer que honra a Dios es digna de alabanza. ¡Alábenla ante todo el pueblo! ¡Denle crédito por todo lo que ha hecho!" JESÚS |