Si contemplo el ancho cielo

y vislumbro la clara luna sonreir a

la loca aura de cristales insolentes,

si llega a mi ventana el triste otoño,

si caliento mis manos junto al fuego,

si el frío endurece mis contornos,

y la implacable ceniza se esfuma,

como ceniza de muerte entre mis manos.

Si todo lo que hago me lleva hacia ti

inexeorablemente, fuera de mí

hasta tocarte y soñar esas lineas de tu vida:

Es que te amo hasta la muerte.

Pero si la distancia que separan tus días

y tus noches de espuma de los míos,

sabiendo que has dejado de quererme,

intentaré dejarte inerte en el recuerdo,

matar este amor que es mi martirio,

del que ya estoy cansado y agotado

cual el anciano que vive fuera de tiempo

vivencias rememoradas en su mente.

Si ya me has olvidado sin angustia,

si consideras mi amor como un martirio,

si cada día haces más distantes

los días compartidos y no te duelen,

ni el recuerdo o el sueño que juntos

compartimos, haciendo de nuestras vidas

una sola para vivirla hasta el fondo intensamente.

Si ya no sientes que eres mi vida

si no te duele el olvido de todo lo que fuimos...

No me nombres, no intentes siquiera acercarte,

porque ese amor que ha sido tuyo,

se enredará en otros brazos más tiernos

que los tuyos, más dulces que el veneno

de olvido en que te meces, esperando

el momento de decirme de nuevo

que te olvide y que todo ha cambiado

porque has dejado de quererme...

Yo tampoco he de quererte

aunque el odio en mí no eche raíces

diré al mundo y a mí mismo que al fin

y por mi bien ya he dejado de quererte.

Si de pronto me apercibo del dolor

que es solo mío y que sólo yo he sido

capaz de haberte amado, sin que un gesto

de nieve de tu alma, haya hecho nada

por quererme una minúscula parte

de lo que he entregado en cada beso,

en cada caricia, en cada suspiro hasta adorarte,

y alcanzar la luna para darte.

Entonces con tesón aunque me cueste

lucharé contra este amor hasta olvidarte.

LUCHARE POR OLVIDARTE