\
Brillando como la Luciérnaga
Esta es la historia de una preciosa Luciérnaga. Dicen los que la conocieron que no habÃa una que brillara con más fulgor resplandeciente que ella. Por las noches, se le veÃa pasear dejando rayos de luz por todos lados, sus destellos iluminaban la oscuridad, y las tinieblas desaparecÃan por instantes ante su presencia. | | Pero una noche, cuenta la historia, la Luciérnaga se levantó muy temprano, alistó todas sus cosas, y salió a seguir iluminando con su luz la tenebrosa oscuridad que reinaba afuera. Esa noche brillaba con más fuerza, y dicen que tarareaba una canción mientras recorrÃa valles y montañas. Se le veÃa muy feliz.
De pronto, la Luciérnaga, acostumbrada a andar confiada, sin temor, sintió unas pisadas fuertes detrás. Al voltear para mirar vio a un gran León que se lanzaba contra ella para comérsela. La Luciérnaga retomó el vuelo y voló y voló y voló y voló... brillando por todos lados. Pero el León seguÃa detrás, la perseguÃa con más insistencia. La Luciérnaga cansada de volar y volar se posó sobre la rama de un arbusto y mirando fijamente al León que estaba dispuesto a tragársela, dijo:
- Señor León, ¿me permite, como última voluntad, antes de que me coma, hacerle una pregunta?
- Por su puesto --respondió el León--. Pero diga rápido lo que tenga que decir porque tengo prisa.
- Señor León --dijo la Luciérnaga-- yo no soy de su cadena alimenticia, mi diminuto cuerpo no saciarÃa su hambre. Hay en la selva animales con muchas más carne, como venados, cebras, cabras, e incluso liebres. Entonces, mi pregunta es: ¿Por qué quiere comerme? El León la miró con un brillo maligno en los ojos y respondió:
- “Es que no soporto verte brillar�? (tomado de la red) Deja que la luz de Cristo brille siempre dentro y fuera de ti! Da amor a todo el que lo necesite! |
| | | |