Señor... no quiero grandes cosas.
No me des los océanos, sino un vaso de agua cada vez que tenga sed. No me des los sembrados de la tierra, sino una rebanada de pan cada vez que tenga hambre. No me des la extensión de las praderas, sino una parcelita verde donde echarme cara al cielo a mirar las estrellas. No mes des un vergel; quiero una flor, tan sólo un jazmÃn que perfume mis dÃas. Quiero una sonrisa que no se gaste como las cuentas de un rosario. Dame ganas de hacer lo que hago, para que no me convierta en un autómata. Dame esa cuota de amor que le permite al corazón latir sin sobresaltos, latir seguro y suave con ese movimiento de vaivén con que la brisa mueve las ramas de las palmeras. No me des una enciclopedia, dame tan sólo una palabra amable para que cada persona que se acerque a mÃ, pueda ser un poquito más feliz.
Señor, no quiero grandes cosas... ... sencillamente esas cosas simples que nos hacen vibrar y le dan sentido a la vida... |