UNA MUJER Limpia y prolija la mujer madruga va inagurando la verdad del frÃo en su frente hay penuria y hay rocÃo y alrededor la niebla que subyuga el sueño ya no es sueño es una fuga y el corazón está casi vacÃo en la boca una rúbrica de hastÃo y en la mejilla alguna que otra arruga la soledad como único quebranto no nace ahora comenzó allá lejos esta mujer que aún tiene su encanto en su pulcra conciencia se cobija se sabe de memoria sin espejo y se mira las manos sin sortija. Mario Benedetti. |