LOS ZAPATOS
Traducción del portugués al español por Eduardo e Irany Lecea
Estaba un viejo sabio sentado en la orilla del camino, tranquilo, en paz, en perfecta armonÃa con la naturaleza y con su tiempo, cuando intempestivamente fue abordado por un joven e inquieto muchacho:
- ¡Ayúdame, Señor! Quiero adoptar una religión. Escuché a muchos predicadores de varias. Cada uno me presentó la suya de forma convincente como ¡La única y la verdadera! ¡Y ahora estoy lleno de dudas por no saber cuál escoger!¿Cuál es la que tu me recomiendas?
El viejo sabio respondió:
- ¡Hijo mÃo! Escoger una religión es como escoger zapatos para una dura y larga caminata. Vas calzando zapatos y andando, aquellos que mejor se acomoden a tus pies ¡Deben ser los escogidos!
Pero el impulsivo muchacho destacó:
- Pero Señor, ¡No quiero perder el tiempo probándome zapatos! ¡Dime cuáles usas tu y yo calzaré los mismos!
El sabio respondió:
- Hijo mÃo, ¡Yo ya aprendà a caminar descalzo! ¡Ya no uso zapatos!
El muchacho insistió:
- Entonces, Señor, ¡Enséñame a andar descalzo!
El anciano sabio lo orientó:
¡Claro, hijo mÃo! Para empezar, escoge tus zapatos y pon el pie en el camino. Gasta tu calzado, pero no envejezcas junto con él. Verás que se irá deshaciendo poco a poco, perdiendo importancia, mientras tus pies se irán fortaleciendo y suplantándolo en importancia. De repente, te vas a ver descalzo ¡Y sin ninguna necesidad de zapatos!
El EspÃritu, hijo mÃo, solamente evoluciona, evoluciona y evoluciona, y por evolucionar es que no puede amarrarse a lo que limita ¡Asà que no envejece! Es por eso que aquellos que se apegan exageradamente al cuerpo y/o a los zapatos, envejecen espiritualmente acompañando el envejecimiento del cuerpo y/o de los zapatos, caducando aún jóvenes, retardando su proceso evolutivo, mientras que otros nunca pierden la lucidez por más avanzada que sea la edad. Y no perder la lucidez es ejercitar la inteligencia, y no perder la inteligencia es ¡Evolucionar mientras estés vivo!