AllÃ, donde nace el alma,
en no sé qué recóndito lugar de mi ser, donde aún corren vigorosos y transparentes
manantiales de pureza.
AllÃ, en sus aguas cristalinas, diáfanas y puras, espejos relucientes de luz y sonido, es donde quiero verme reflejado.
Los espejos del mundo me deforman.
Espejos de dolor donde la luna, con lágrimas en los ojos, peina cada noche sus cabellos.
Espejos de asfalto
bañados en sangre suicida.
Espejos de ira, donde los hombres, domingo a domingo miran sus rostros desfigurados o reales
de tigres o leopardos o vÃboras que desgarran el mundo, a la vez que embriagan sus espÃritus.
AllÃ, donde nace el alma,
es donde quiero verme.
Es donde quiero vivir.
Dentro, muy dentro de mÃ.
Donde no puedan herirme las flechas del mundo
ni pueda mancharme su lodo.
Donde las utopÃas de los locos puedan hacerse realidad.
Allà donde la materia por ser materia no pueda llegar ni llevar toda su podredumbre.
AllÃ, donde la risa es franca
y no amablemente llena de envidia.
AllÃ, donde no hay lágrimas amargas como risas.
AllÃ, donde el tiempo no corre ni la vejez importa.
Donde la muerte es una amiga.
AllÃ, donde nace el alma
es donde quiero enterrarme y vivir
desconozco el autor