Recuerdo aquellos instantes bajo la ducha tibia y placentera, corrÃa el agua y la espuma cálida por nuestros cuerpos. Piel con piel respirando el mismo aliento, colmados de un arrebato pasional nos aproximamos para encontrarnos y emprender una travesÃa hacia la fantasÃa.
Que sensación más ardiente al sentir tus brazos apretándome, eran tus manos tan tiernas, tan suaves al acariciar con el jabón mi cuerpo. Tus caricias me doblegaban y un torrente de deseo entraba por mis venas, mis gemidos se agudizaban y un ligero escalofrÃo sacudÃa el final de mi espalda.
Mi boca seguÃa la corriente del agua mezclándose con sus labios de fuego. Se confundÃa la saliva y su sabor entre apasionados besos, su lengua succionaba mi cuello de un extremo a otro al ritmo de nuestros cuerpos que se mecÃan lujuriosos y llenos de deseo.
Nos mordÃamos las bocas y sus uñas rasgaban levemente mi espalda, mis pechos rozaban su pecho y sentÃa sus pequeños pezones erizarse. Me gustaba sentirla asÃ, cálida y excitada... me volvÃa loco entre sus brazos; era la primera vez que sentÃa aquellas caricias bajo la complicidad del agua.
Me tomo por la cintura y fue dando vueltas a mi cuerpo, Su lengua caliente bajaba y subÃa por mi espalda... mi piel estallaba, ya no aguantaba más... Sus besos, sus labios entre mis muslos, ahh...! paseaba su lengua por mis pies rodeando cada tobillo, subÃa, subÃa... besaba mis rodillas y llegaba hasta mi vientre; podÃa sentir el roce de nuestros sexos y su voz diciéndome: "Te Amo".
Me levanto en sus brazos y mojados salimos de la ducha, me llevo a su lecho cubierto con sábanas de un rojo satén y pétalos de rosa. Derramó en mi cuerpo vino y miel, sus labios nuevamente me hicieron vibrar, me hizo el amor como nunca nadie me lo habÃa hecho.
Su calor quedo en mi piel, su sabor aquà en mis labios. Su recuerdo llevo clavado en lo más hondo de mi ser, ¿Cómo olvidarla?... la llevo y llevaré conmigo por siempre. |