Qué causa el envejecimiento de la piel?
La piel es el órgano más grande del cuerpo y está compuesta de 3 capas. La epidermis es la capa más superficial, la dermis también llamada cutis, está por debajo de la epidermis y contiene un rico plexo de vasos sanguÃneos, terminaciones nerviosas, vasos linfáticos, glándulas sudorÃparas (sudor), células grasas y los folÃculos pilosos (pelo) y la última capa de la piel que sigue a la dermis es la subdermis o tejido celular subcutáneo que contiene tejido graso, vasos sanguÃneos y linfáticos y actúa como un colchón que nos da protección.
Los cientÃficos anotan que el envejecimiento de la piel tiene lugar en el tejido conectivo de la dermis, formado en el 70% por colágeno (proteÃna y principal de la dermis).
Tenemos 2 tipos de colágeno, el colágeno soluble caracterÃstico de la piel joven, con moléculas que se pueden desplazar (en relación de a la otra), dando la posibilidad a la piel de absorber humedad.
Cuando la piel envejece, las moléculas de colágeno tienden a "cruzarse" y se forma el colágeno insoluble. Las moléculas ya no son flexibles, el tejido conectivo pierde su capacidad de absorber humedad y la piel se vuelve seca, arrugada y envejecida.
La aplicación de colágeno a la piel, ayuda a restaurar la producción de nuevo colágeno y la regeneración de las células. Las cremas en el mercado que dicen "Soluble collagen" son las únicas que son efectivas y realmente se absorben.
Las células de la piel como cualquier otra célula del organismo necesitan "todos" los nutrientes para mantener las funciones metabólicas como la producción de colágeno y elastina. Una buena alimentación es fundamental para mantener una piel sana y joven.
Los ácidos grasos esenciales (omega 3 y omega 6) son nutrientes esenciales para la piel. Se obtienen en el pescado como la trucha, el salmón y el atún azul del atlántico, también se encuentran en el aceite de semillas de lino o Flax seed, semillas de sésamo y semillas de girasol. La piel que tiene deficiencia de estos ácidos grasos esenciales, tiene menor capacidad de retener la humedad, se recesará con más facilidad y su carencia es un factor importante en la pérdida de cabello.
Los rayos ultravioleta del sol causan daño al tejido colágeno y sus efectos son acumulativos. No seamos partÃcipes del viejo adagio que dice "las mujeres bronceadas de hoy, serán las arrugadas del mañana). El mayor daño a la piel lo producen los rayos ultravioleta emitidos por el sol al mediodÃa.
Se recomienda proteger la piel con cremas que contengan protector solar (Sun protection factor, SPF), que se aplica dependiendo del tono de la piel. Para piel oscura o personas que no obtienen enrojecimiento de la piel con el sol, se puede aplicar SFP 2 a 4. El SPF 4 a 6 actúa como protector moderado, SPF 6 a 8 da una protección extra y solo permite bronceado moderado y SPF 8 a 15 ofrece la máxima protección y permite muy poco bronceado
Muchas sustancias pueden ser absorbidas a través de la piel.La absorción se lleva a cabo a través del "aparato pilo-sebáceo" que comprende el pelo (bello) de la piel y las glándulas sebáceas. Tenemos cerca de cien glándulas sebáceas por pulgada cuadrada de piel. El sebum lubrica la piel y ayuda en la prevención de la evaporación de humedad, es un emoliente natural (ayuda a conservar la humedad de la piel) y también es una barrera contra los microbios.
La piel necesita humedad, la podemos ayudar con la aplicación de humectantes que "atraen" humedad y a la vez controlan el intercambio de humedad entre la piel y el medio
ambiente. El humectante debe de aplicarse después del baño, cuando la piel está aún húmeda. El sorbitol es un humectante natural.
El emoliente suaviza, previene la resequedad y protege la piel actuando como barrera natural. Algunos emolientes naturales son el aceite de aguacate, lanolina, aceite de coco y aceite de oliva.
Por lo tanto, no hay una respuesta sencilla para proteger la piel del envejecimiento, pero si podemos hacer conciencia de los factores que se pueden corregir, como los efectos del sol, alimentarnos sanamente, agregar suplementos a nuestra alimentación, hacer ejercicio y leer a conciencia las etiquetas de los productos que compramos para aplicar en la piel.