Solo se que tu mirada me quema, desata mi deseo, desborda el alma, deseando devorarte, recorrer tu cuerpo, perder el sentido entre el fuego, que se despierta entre nuestra piel, dejando que nuestras manos sean puertas al placer, donde nace la pasión, liberando la sensualidad de nuestros cuerpos, mientras florece el amor, que se convierte en melodÃa, liberando los sentidos, haciéndonos estremecer, hasta que nuestros cuerpos libres, descansan entrelazados, en un mar de paz, al que nos lleva nuestro instante éxtasis, en el jardÃn del deseo. Maria Mercedes Castro RodrÃguez.
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