" Invoque tu nombre, oh Jehova, desde la carcel profunda; Oiste mi voz; no escondas tu oido al clamor de mis suspiros. Te acercaste el dia que te invoque; dijiste: No temas"
( Lamentaciones 3: 55-57 )
Oh, dolorosa y fria prision de las pruebas, por las que los siervos de Dios tenemos que pasar, son tan fuertes que deseamos que cuando termina la noche, venga un nuevo dia, con el sol de las soluciones, pero no es asi, sino que cuando mas arrecia el dolor de la prision, a esa noche le sigue otra noche, hasta que llega el momento, cuando nuestro clamor se convierte en un suspiro, y se cumple lo que dice la Palabra de Dios:
Oiste mi voz; no escondas tu oido al clamor de mis suspiros. Te acercaste el dia que te invoque; dijiste:
No temas"
Cuando Dios ve que los siervos ya estamos listos para continuar, con mas mansedumbre, obediencia y santidad, comienza a liberarnos de los lazos que nos atan en la prision; el amanecer da sus primeros brillos, y el sol de justicia nos alumbra con los rayos de las nuevas oportunidades; las cosas comienzan a mejorar, las semillas que hemos sembrado fluyen maravillosamente, la cosecha sera abundante, y nuevas bendiciones llegaran a nuestras vidas, de una manera que jamas nos hallamos imaginado.
oracion:
Oh, amado Padre Celestial, escucha el clamor de los suspiros de tus hijos que desde las prisiones frias, elevamos las oraciones, pidiendo que pase pronto, el fuego de las pruebas.
Acuerdate de los dias en que cada uno de nosotros te hemos servido, con toda la reponsabilidad y entrega.
Haz memoria de cada palabra de alabanzas que ha salido de nuestra boca y de cada acto de bondad que en tu maravilloso nombre hemos realizado .
Esperamos con toda el alma, la liberacion de estos momentos que queman el alma y que angustian el corazon.
Ven amado Salvador, levanta nuestra cabeza y llevanos a ese sitio de honor, donde mantengamos un testimonio que te honre por siempre.
En el nombre de Cristo Jesus,
Amen
y
Amen.