Y todo ésto, no porque Dios me haya abandonado o se haya olvidado de mÃ, sino que luego de un tiempo, yo me he encargado de sacarlo a Él del camino y he empezado a hacer las cosas a mi manera.
Por todo esto, luego de un tiempo Dios ha respetado mi decisión y se ha mantenido al margen, donde yo lo he colocado. Pero hoy he decidido cambiar y le he pedido a mi Señor que vuelva a su lugar, al que corresponde dentro de mi vida, con una presencia permanente en mis decisiones, ideas y proyectos.
Por eso, luego de un tiempo de que las cosas no fueran del todo bien, estoy seguro que todo cambiará.